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julio 20, 2019LAS VACAS VUELVEN A CASA POR VACACIONES
Llega la Trashumancia a Gredos
Los reciben con flores.
El amarillo del piorno en flor los da la bienvenida.
Llegan a casa.
Tras el invierno en los pastos extremeños más de 5000 vacas vuelven a Gredos. El ganado, guiado por vaqueros, regresa para pasar el verano al fresco comiendo en los agostaderos de la sierra, después de recorrer una media de 300 kilómetros, entre 15 y 25 al día.
La trashumancia, una práctica ganadera milenaria que consiste en el desplazamiento del ganado en busca de los mejores pastos, se sigue haciendo a pie y a caballo, como hace siglos, a pesar de que cada vez más ganaderos optan por el transporte en camión. Profundamente arraigada en esta tierra de raíces trashumantes su supervivencia aquí tiene mucho que ver con la de la vaca avileña-negra ibérica y está ligada a existencia de buenos caballos en la zona.
¡Qué vienen las vacas! , ¡Que ya vienen!,…. solía ser el excitado coro infantil que cada mes de junio alertaba de que una piara trashumante llegaba al pueblo rompiendo con el timbre de sus cencerros la modorra del invierno.
Los vecinos se apresuraban a salir de casa para verlas llegar, se formaban corrillos para hablar de si estaban gordas o flacas ese año, de cómo se les había dado el “cordel” a los Reginatos o si los Parrondo traían muchos o pocos becerros…
De todos, incluso de los que no teníamos vacas, se adueñaba un especie de orgullo y tranquilidad. Quizás porque el ciclo se había completado una vez más: hombres y ganado estaban de vuelta en casa.
Es solo un recuerdo infantil, el mío, que tengo ya más de medio siglo, pero imagino que algo así, con pequeños matices, se ha repetido durante muchos años, cientos de ellos. No en vano parece ser que los pueblos de Gredos Norte fueron fundados por ganaderos trashumantes alrededor del siglo X que atraídos por el fresco estival y los ricos pastos se asentaron en esta sierra.
Y es que esta práctica ganadera viene de lejos, concretamente de la Edad Media. A partir de 1273, con la creación de El Honrado Concejo de la Mesta, por parte del rey Alfonso X, las agrupaciones de ganaderos lograron numerosos privilegios tales como derechos de paso y pastoreo.
Pasando y pastoreando, ahora por cordeles invadidos por construcciones y carreteras, siguen subiendo de Extremadura desde entonces a pie y a caballo. Con tantos siglos e historia detrás no es de extrañar que la Trashumancia suponga todo un rito, sujeto a un código de honor, que se ha ido transmitiendo de generación en generación.
“ La primera vez que fui de cordel no tendría ni 12 años, fui con mi padre y llevábamos unas 500 ovejas y 80 vacas entre 5 ó 6 vaqueros. Se juntaban varios para poder arrendar una finca mejor y pagarla a gusto.”, contaba Julián Veneros Sánchez, de Barajas, Ávila, que hizo más de 15 años la Trashumancia y pese a haber pasado desde entonces casi 80 seguía recordando los nombres de sus ovejas: Cancafil, Pimienta, Berrocala, Gurriata, Platera… enumera no sin cierta nostalgia.
El ganado trashumante recorría y recorre de 200 a 400 kilómetros, dependiendo de dónde esté situada la finca extremeña: Trujillo, Arroyo de la Luz, Valencia de Alcántara, Brozas, etc. Hacen un promedio de 15 ó 20 kilómetros diarios con itinerarios más o menos fijos, que acaban en descansaderos donde se pasa la noche.
“En mi familia seguimos haciendo la trashumancia como tradicionalmente, a caballo, yo era un niño cuando la hice por primera vez. Venimos desde Extremadura, tardamos alrededor de 15 días y recorremos unos 300 kilómetros moviendo alrededor de 500 vacas entre 5 ó 7 vaqueros”, explica Diego Torres, de 38 años, ganadero de Navarredonda de Gredos, que suele tener las vacas en Mérida durante el invierno.
César Hernández, ganadero de San Martín de la Vega del Alberche, reclama un mayor mantenimiento de los cordeles: “Hay algunos tramos en que está especialmente mal, con piedras grandes en medio y los caminos en muy mal estado en general”.
Los vaqueros traen las vacas, a pie y a caballo, al paso del ganado, deteniéndose en donde este puede comer y aligerando el paso en los escasos días frescos. En Junio normalmente el calor se convierte en el peor enemigo de hombres y animales,
“Ahora las comodidades son mucho mayores, tenemos móviles, coches de apoyo, colchonetas para dormir (aunque seguimos durmiendo al raso), tenemos comida variada y cerveza casi siempre fría….” explica Diego Torres que reconoce que la trashumancia ha cambiado.
“Cuando yo iba de cordel llevábamos la yegua con los aparejos y la comida, (jamón, chorizo y queso en las alforjas). Tampoco nos faltaba el café de puchero, el pan y la bota de vino. Aunque el trabajo era duro comíamos y lo pasábamos bien. íbamos andando la mayor parte del camino, nos bañábamos solo si llovía y a casa se llamaba solo si había que dar algún recado. Por la noche dormíamos como reyes sobre todo si encontrábamos algo de paja fresca para rellenar la saca y acompañar la manta” contaba Julián Veneros.
A pesar de la dureza del “viaje” algunos vaqueros de los de antes y de ahora defienden esta forma de traslado tradicional del ganado porque los animales vienen mejor, descansados, comiendo por el camino sin excesivo coste y sin los riesgos de cargarlas en los camiones como cojeras, cornadas, fracturas y golpes y el stress que esto supone para los animales.
“Antes casi nadie las subía en camión y es que además de que era caro no nos importaba echar un día más o menos, lo importante era que vinieran bien y muchas veces llegaban más gordas de lo que habían salido, sobre todo cuando volvíamos para casa porque había más hierba por el camino. Es importante guiarlas bien y hay que saber cuándo pararlas y cuándo arrearlas”, explicaba Julián Veneros.
La trashumancia se realizaba mayoritariamente a pie hasta mediados de los años 50 hoy ocurre lo contrario. Encontrar vaqueros que conozcan y hagan bien el trabajo no es fácil.
“No siempre es mejor ni más barato ir andando. Ahora hay camiones que antes no había, y no hay gente que quiera ir verdaderamente arreando vacas, porque no hay chavales que sepan. Tampoco encuentras operarios, que están 24 horas, y si los encontraras saldría muchísimo más caro. Si lo hacen entre la familia, vaya, pero como tengan que pagar a gente, son más “baratos” los camiones. En 2 días subes la piara y quizá sean menos los contratiempos”, explica Miguel García, ganadero de Navadijos, Ávila.
En la actualidad muchas vacas no trashuman, en unos casos por falta de medios económicos de los ganaderos para el alquiler de la finca en Extremadura o Castilla la Mancha así como el transporte y en otros porque los ganaderos disponen de instalaciones y terrenos en los que el ganado pasa el invierno en buenas condiciones. Ver más información: Entra.
En España actualmente solo unas 40.000 vacas realizan cada año su viaje de cambio de pastizal y gran parte del terreno de muchos cordeles y cañadas ha sido reducido por construcciones ilegales, carreteras, siembras, etc.
Para muestra un dato: la Cañada Real pasa por la madrileña Puerta de Alcalá, en el centro de la capital. Por eso cada año, hasta ella se acercan los ganaderos y pastores a celebrar la Fiesta de la Trashumancia que reivindica la vida rural y el derecho de paso de ganado por las cañadas reales (Ver: Los carreteros de Gredos celebran la Trashumancia en Madrid).
“El camino no ha cambiado nada, el recorrido es el mismo, salvo por los obstáculos que la construcción y las carreteras han creado. A medida que te acercas al destino, entran más piaras y hay alguien por delante y por detrás, donde más se juntan es en la zona del Puerto del Pico” explica Miguel García, quien coincide en que “Los útiles sí que han cambiado, ahora por supuesto acompaña un vehículo o 2 o 3… que te facilita ir a por pan, bebidas, comida, etc”.
Y entonces y ahora, una vez en casa, durante los meses de verano, el ganado permanece en pastos comunales o pequeños pastos propios de la sierra, llamados agostaderos.
Miguel Ángel García Santana, alcalde de Navadijos (Ávila) y ganadero trashumante,suele traer cada año con él turistas de todo el mundo que quieren vivir la experiencia de la trashumancia, ” Suelen ser unas 15 o 20 personas que pagan alrededor de 1000 euros por ello, dependiendo de lo que soliciten” explica Miguel Ángel que cada año se mueve con cinco familiares en 3 o 4 coches, un camión, y acompañados por número variable de vaqueros y ayudantes para atender a los turistas.
Cuando comiencen los fríos y las nieves, los ganaderos iniciarán un año más el camino inverso, hacia Extremadura. En Noviembre y Diciembre el frío obliga a los vaqueros a resguardarse para pasar las noches si es que encuentran cobijo en el camino.
Cañadas, veredas, caminos y cordeles de hace siglos tienen su origen en la trashumancia y reciben distintos nombres: vías pecuarias en Castilla y León y Extremadura; Cabañeras en Aragón y Navarra, y Carrerades en Cataluña, por citar solo algunos de los nombres.
Estos caminos constituyen una extensa extensa red viaria, de más de 125.000 kilómetros y 400.000 hectáreas, creada para facilitar el traslado del ganado de las zonas frías del norte de España a las cálidas de Extremadura e incluso Andalucía. Esta red resultó ideal para el fomento y especialización del ganado español.
AVILEÑA, VACA TRASHUMANTE
En la Sierra de Gredos la trashumancia, practicada a través de la Cañada Real Leonesa Occidental,está íntimamente relacionada con la vaca Avileña-Negra Ibérica, una raza autóctona perfectamente adaptada a este tipo de manejo ganadero, pero no la única que trashuma.
La Avileña es negra, resistente a las bajas temperaturas, longeva, se cría en explotaciones extensivas, nunca estabulada y no es muy exigente con los pastos.
Es una vaca dura, rústica, con cuernos en forma de gancho y afilados pitones que no duda en utilizar para defender a sus terneros pues tiene un fuerte instinto maternal que dificulta su manejo.
Aunque pesan entre 500 y 600 kilos son vacas ágiles, caminantes, capaces de recorrer cada día largas distancias sin que su fertilidad, que supera el 80%, se resienta.
Por ello son vacas musculosas que no acumulan grasa y que proporcionan una carne de delicada textura, rosada, y con muchas propiedades nutricionales, como vitamina B, zinc, hierro, proteínas, etc.
No en vano, su carne es una seña de identidad de Ávila. La carne de sus crías era la reputada “ternera blanca de Castilla” , se trataba de animales estabulados y alimentados solo con la leche de las madres que llegaban a la mesa con apenas 3 meses de vida. Hoy en día la carne de Avileño, que fue la primera en conseguir la Denominación Específica, es famosa por la intensidad de su sabor.
EL CABALLO, IMPRESCINDIBLE ALIADO
Y además de la vaca Avileña hay otro animal profundamente ligado a la trashumancia: el caballo, un buen aliado para mover el ganado, del que en Gredos hay buenos ejemplares en parte por la trashumancia.Si quieres saber más en detalle por qué hay tantos y tan buenos caballos en Gredos pincha aquí.
“Los pueblos de Gredos Norte han sido tradicionalmente ganaderos y el caballo sigue siendo imprescindible para manejar el ganado. Le utilizamos para embarcar, para apartar, para hacer los saneamientos… y por supuesto para la trashumancia, explica Diego Torres, ganadero de Navarredonda de Gredos, Ávila.
De acuerdo con él está también Rafa González, de Gredos a Cabalo, que apunta la importancia de la Trashumancia para el hecho de que en Gredos Norte haya muy buenos caballos:
” Cuando bajaban a Extremadura las yeguas se cubrían de caballos buenos, caballos grandes por el buen clima y la comida abundante. En la trashumancia se usaban dos tipos de caballo: el jatero que era el que llevaba el equipaje y el campero, que era el que se usaba para el manejo del ganado.” explica Rafa. (Ver también: VIII Concentración a Caballo en Gredos).
ORIGEN DE LA TRASHUMANCIA
La palabra Trashumancia o acción de trashumar viene, según el Diccionario de la Real Academia, (RAE), del latín trans, de la otra parte y humus, tierra. El término alude al desplazamiento de una tierra a otra.
A diferencia del nomadismo, en que personas y animales se mueven, en la trashumancia solo unos pocos se desplazan temporalmente junto a los animales mientras que la familia o grupo de familias permanece sedentaria.
Moverse con el ganado en busca de mejores pastos ya era una práctica habitual en la Edad Media. Para organizar los desplazamientos los ganaderos se reunían en concejos o asambleas llamados mestas donde trataban los asuntos del ganado y separaban los animales sin dueño (mestencos) que se hubieran mezclado. De hecho la palabra mesta significa mezclada.
La Mesta fue la asociación que durante más de seis siglos organizó la trashumancia, una tradición que, a pesar de que ha evolucionado, permanece viva en el siglo XXI.
Si quieres conocer algunas historias antiguas de ganaderos trashumantes puedes leer Cordel. Trashumancia viva, de Pedro Muñumer. y ” Cordel. Historias de Trashumancia” de Alfredo González Tejado.
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Eva Veneros Hernández de la Torre.
Barajas. Navarredonda de Gredos,
Casa del Altozano. Base de Polaris
7 Comments
Me encanta lo que nos cuentas y como nos lo cuentas Eva. Son las historias que contaría la abuela junto a la chimenea… solo que tu eres una cría
GRACIAS ANA, BUENO CRÍA CRIA NO TANTO, PERO GRACIAS TAMBIÉN POR ESO. BESOS.
Gracias Eva. Un magnífico recordatorio de una actividad ancestral y magníficamente escrito.
Besos
Gracias Gonzalo. Besos.
Hola Saludos desde Colombia.
Es realmente un hermoso Plan para hacer turismo y acercarse a la vida del campo en España. Con gusto me hiría de peón para acompañar una trashumancia. Debería promoverse mucho mas como una experiencia de turismo rural y seguramente aumentaría los ingresos de los productores rurales y las comunidades por las que pasan los caminos. Un abrazo de Colombia.
Hola, soy Eva, de Polaris. Siento no haberte contestado pero es que no lo había leído hasta ahora. Gracias. Un saludo.
Gracias Germán, me alegro que te gustara el artículo.