Caballos en el cielo oscuro

Las constelaciones de satélites amenazan el cielo oscuro
enero 13, 2024
Tres alojamientos de Gredos premiados por su compromiso medioambiental
marzo 28, 2024
Las constelaciones de satélites amenazan el cielo oscuro
enero 13, 2024
Tres alojamientos de Gredos premiados por su compromiso medioambiental
marzo 28, 2024

 

Los árabes pensaban que a los seres queridos,  osea a sus hijos y a sus caballos, debían ponerlos nombres de estrellas. Quizás por eso Altair, Rigel, Aldebarán y Antares dan nombre a espectaculares caballos y también a hermosas estrellas.

Los dioses del Sol y de la Luna, se mueven por el cielo en carros tirados por veloces corceles de largas crines.

Algunas constelaciones  (Pegaso, Sagitario,, Monoceros…) surgen de historias de míticos ó extraños caballos, cuyos fantasmas se ocultan en oscuras nebulosas de cielo profundo.

 Héroes y dioses cabalgan sobre sus lomos por el Olimpo o se enfrentan junto a ellos a  dragones, hidras y otras quimeras.

Quizás todo elllo explica por qué el noble bruto tiene un lugar de honor en el firmamento.

 

Selene, diosa griega de la Luna. Imágen Wellcome Images (Wellcome Trust).

Selene, diosa griega de la Luna. Imágen Wellcome Images (Wellcome Trust).

 

Cuenta la leyenda que Selene ilumina la Tierra con su luz plateada. Cada noche, la diosa de la luna, asciende al cielo en su carro guiado por dos corceles de largas crines blancas. Coge el testigo de su hermano Helios, el sol, que ilumina los días, llevado  en su carro de fuego por caballos alados. Los corceles de ambos probablemente fueron domados por Erictonio a quien se considera el primer hombre capaz de domesticar caballos y hacerlos tirar de un carro y al que se identifica con el Áuriga o el Cochero, considerado el guardián de los pastores. De hecho lleva una cabra en brazos mientras conduce su carro por el cielo y la estrella más brillante de esta constelación con forma de pentágono se llama Capella, que significa cabra.

Esta es la cabeza del caballo más conocida de la historia del arte  representa a uno de los caballo de la cuadriga de Selene. Está en el Partenón de Atenas y es obra del escultor Fidias, 442-438 a.c..

Cabeza de caballo de Selene. Partenón de Atenas. Fidias, 442-438 a.c.

 

Sin embargo, si hablamos de mitología celeste y de caballos con alas sin duda el más popular es Pegaso, fruto de la violación de Medusa por Poseidón, el dios del Mar. Cuando Perseo corta la cabeza de Medusa, la sangre de ésta se mezcla con el agua del mar y de la unión nacen Pegaso y su hermano Chrysaor, un jabalí también alado de carácter agresivo.

Pegaso era un caballo mágico que representaba la pureza y al que nadie conseguía montar. Hasta que la diosa Atenea regaló a Belerofonte, príncipe de Corinto, unas bridas mágicas con las que este logró dominarle. Cabalgando sobre su lomo dio muerte a la monstruosa Quimera y envanecido por su hazaña el soberbio principie quiso entrar en el Monte Olimpo sin haber sido invitado por los dioses. A fin de impedirlo Zeus envió un tábano para que picara a Pegaso que encabritándose hizo caer al jinete  en desgracia para siempre. Por la belleza y fidelidad de Pegaso Zeus le convirtió en constelación dándole para siempre un lugar en el cielo.

 

Belerofonte se lanza a la campaña contra la Quimera (1829), de Aleksandre Andréyevich Ivánov.

 

Justo antes de la constelación de Pegaso, hay otra llamada Equuleus o Equus Primus (el primer caballo) que, después de Crux (la cruz del Sur), es la segunda más pequeña en el cielo. Sus estrellas son débiles y se pueden observar en ambos hemisferios excepto desde la Antártida. Conocida también como el potro o el caballito, esta constelación tiene como vecinas a Acuario, Delfín y Pegaso, y el mejor mes para verla es septiembre.

La constelación de Leo, también está relacionada en parte con los caballos, con uno en concreto, el de la diosa Selene que, según la mitología, fue atacado por Leo, un León que vivía en la Luna que fue por ello expulsado a la Tierra donde sembró el pánico. Hércules logró matarlo y para honrar su valor  Zeus colocó la constelación de Leo (el león) en el cielo.

 

Los caballos tienen también relación con la constelación de la Osa Mayor, concretamente con su asterismo conocido como el Carro, el Cazo o el Arado. Junto a su estrella Mizar hay otra que no todos son capaces de ver a simple vista.  Se llama Alcor, en árabe “la prueba”, y se utilizaba para probar la agudeza visual de los soldados, los que la veían eran seleccionados para arqueros. Esta precisión era especialmente valorada por los árabes porque querían que sus soldados mataran a los jinetes enemigos, sin dañar a los caballos que son muy valorados en el norte de África.

Sagitario es mitad hombre,mitad caballo.

También la constelación de Sagitario está relacionada en parte con los caballos, pues sagitario era un centauro, con el poder de un caballo y la inteligencia de un hombre. Entre los antiguos griegos el rey de los centauros era Quirón, el más sabio, que fue quien, según el mito, colocó las estrellas tal como las vemos. Se le representa como un arquero que está protegiendo a Hércules del escorpión.

Imágen de Monoceros (en griego Unicornio) que da nombre a una pequeña constelación.

Considerando que los míticos unicornios son caballos con un cuerno en la frente también se puede incluir en esta selección a Monoceros, (unicornio en griego), una constelación de invierno rodeada por Orión, Geminis, el Can Mayor e Hydra. Al parecer es una constelación bastante antigua ya que en escritos de 1564 se alude a ella como “el segundo caballo al sur de los Gemelos y el Cangrejo”. En esta constelación se encuentra entre otras la Nebulosa Roseta y el Cúmulo Árbol de Navidad.

 

Nebulosa de la Cabeza del Caballo, de Fernando Apausa.

Nebulosa de la Cabeza del Caballo, de Fernando Apausa.

Y ya que hablamos de nebulosas hay una llamada “Nebulosa de la Cabeza de Caballo”, en Orión, una nebulosa de polvo cuyo caprichoso perfil oscuro vemos recortado sobre la emisión en infrarrojo de otra nebulosa posterior.  Fue descubierta por Williamina Fleming aunque su localización fue atribuida a William Henry Pickering, hermano de Edward, director del Observatorio de Harvard, (Estados Unidos) a finales del Siglo XIX.

Detalle de la Nebulosa de la Cabeza del Caballo, de Fernando Apausa.

 

LOS CABALLOS ESTRELLA DE BEN HUR

“A nuestros hijos y a nuestros caballos les ponemos nombres de estrellas. Es decir, los nombres más bellos para los seres más queridos…”. 

Estas palabras pertenecen a la novela Ben Hur, del estadounidense Lewis Wallace. Sin embargo, la mayoría recordamos su adaptación cinematográfica. En una ya mítica escena del cine, el comerciante árabe Sheik Ylderim (Hug Griffith), dueño de una magnífica cuadriga de caballos, explica a Judá Ben Hur (Charlton Heston) los nombres de sus 4 caballos españoles que, efectivamente, se corresponden con estrellas.

Los caballos de Ben Hur: Antares, Rigel, Aldebarán y Altair, tienen nombres de estrellas.

Al primero en presentar el mercader es al corcel más lento, Antares, capaz sin embargo de correr todo el día sin parar. Se llama como la estrella más brillante de la constelación de Escorpio, una súper gigante roja, una hermosa estrella doble casi setecientas veces más grande que nuestro sol. Situada a 554 años luz probablemente acabará convertida en agujero negro.

Hay varias versiones sobre este nombre, según una  Antares significa: ”la más bella del cielo”; según otra el “corazón del escorpión” ; y una tercera interpretación asegura que el nombre procede de la rivalidad con Marte o Ares, el dios de la guerra, por su color rojizo, como la sangre que se derrama en la batalla. Anti Ares, Antares, el “rival de Marte”. En Nueva Zelanda su nombre es Rehua, la jefa de todas las estrellas.

Antares. Foto: Juan Diáz. Astrogredos.

 

El siguiente caballo en presentar a Ben Hur es Rígel, como la estrella más brillante de la constelación de Orión (Beta Orionis),  y la quinta del cielo, otra gigante doble, en este caso blanco azulada, situada a 770 años luz.

Altair es el nombre del tercer caballo y también de la estrella más brillante de la constelación del Águila, (Alpha Aquilae) visible desde ambos hemisferios gran parte del año. El nombre viene del árabe y significa águila voladora. Altair, es una estrella relativamente cercana, a 17 años luz, blanca, de las más brillantes, (0,8 magnitud) y forma junto con Vega y Deneb el asterismo llamado Triángulo de Verano.

 

En la  imagen constelación de Monoceros, de  Orión, donde está Rigel, y de Tauro, por encima, con la estrella Aldebarán.

Y finalmente el caballo más veloz se llama Aldebarán, como la estrella alfa de la constelación de Tauro, una de las más antiguas, de la época babilónica y probablemente de la que procede el culto al toro, tan extendido en el Mediterráneo. Aldebarán proviene del árabe al-dabarān, cuyo significado es “la que sigue” porque sigue a las Pléyades (las 7 hermanas) que se sitúan junto a él buscando protección frente al acoso de Orión. Aldebarán es el ojo rojo de Tauro, una gigante roja doble de primera magnitud a unos 65 años luz de la Tierra.

 

Eva Veneros Hernández de la Torre.

 Barajas. Navarredonda de Gredos,

  Casa del Altozano. Base de Polaris

Casa rural en Gredos

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Start a Conversation

Hi! Click one of our member below to chat on Whatsapp