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En los pueblos de la vertiente norte hay algunas yeguadas de prestigio internacional y varias empresas de turismo ecuestre que fueron pioneras en las rutas a caballo en España.
El caballo es el protagonista en algunas fiestas locales y es habitual ver grupos de jinetes y vaqueros por los caminos y pueblos serranos.
La existencia de esta nutrida y selecta cabaña caballar y la afición por el noble bruto no es casualidad. Es el resultado de varias circunstancias que se han dado en esta comarca a lo largo de más de cien años.
El caballo se ha utilizado desde hace siglos en toda la comarca de Gredos Norte para la ganadería y ahora se sigue usando, minoritariamente para la trashumancia pero a diario para el manejo de ganado.
“Para nuestro trabajo es imprescindible. Le utilizamos para embarcar, para apartar, para hacer los saneamientos… y por supuesto para la trashumancia, que en mi familia seguimos haciendo como tradicionalmente, a caballo. Venimos desde Mérida, tardamos unos 15 días y recorremos unos 300 kilómetros moviendo alrededor de 500 vacas entre 5 ó 7 vaqueros, depende el momento. Todo esto sería imposible sin los caballos”, explica Diego Torres, ganadero de Navarredonda de Gredos.
Imposible o al menos muy difícil hubiera sido la vida sin el caballo cuando éste era el único medio de transporte. Cuando los lugareños solo tenían este forma de desplazarse, ya fuera para trabajar ir de fiesta o a la “capital”. De hecho, en Hoyos del Espino, Policarpo Muñoz, puso en marcha, a principios de siglo, el servicio de diligencia a caballo, origen de Muñoz travel, la empresa de autobuses regentada hoy por sus bisnietos y tataranietos.
El caballo era entonces como el coche de hoy en día, un medio de transporte pero también un símbolo de poderío. Los “señoritos” de los pueblos, que en algunos no eran pocos, se dejaban los “cuartos” en comprar un buen caballo para jactarse de su posición, lo cual contribuyó también a que estos pueblos tuvieran fama de tener “buenas jacas”.
Y el caballo, una vez más, era el transporte que utilizaban también los primeros turistas que se aventuraban en esta sierra a hacer un estudio botánico o a cazar machos.
“Tío Juan José en Navarredonda y tio Julio, en Hoyos, solían ya en los años 20 alquilar caballos a los señores que venían, incluso de otros países, a subir a la sierra, a cazar machos, a hacer un estudio de botánica, o cosas similares”, explica Rafa González, de Gredos a caballo, empresa pionera en las excursiones a caballo que cada año organiza una Concentración Ecuestre para homenajear al noble bruto, en el marco del Festival del Piorno en Flor.
El “tío Julio”, al que alude Rafa, es Julio Chamorro, Guía Oficial de la Reserva Nacional de Caza de Gredos durante más de 40 años a lo largo de los cuales acompañó a la sierra a todo tipo de personalidades nacionales y extranjeras: reyes, como Alfonso XIII y más tarde su nieto Juan Carlos I; jefes de Estado, como Franco; duques, cónsules, vizcondes y marqueses, como el de Valdueza. Y precisamente en colaboración con J. Ramón Martín, un nieto de este último, Julio Chamorro escribió el libro “Gredos, un siglo entre piornales y roquedos”, un valioso documento de los últimos cien años de la historia de estas montañas. Libro al que pertenecen las fotografías antiguas que ilustran este artículo.
Precisamente fue Julio Chamorro quien inició a Rafa González y a Jesús Manuel Berna en las rutas a caballo convirtiendo a sus respectivas empresas ecuestres en pioneras del moderno turismo ecuestre en Gredos.
“Con 14 años hice una ruta con un grupo de ingleses con los caballos de tío Julio y después, y pese a la oposición familiar, empecé colgando carteles escritos a mano en el Puente del Duque ofreciendo rutas a caballo, más tarde, a los 26, en el Parador con mi hermana Conchi y Jesús Manuel y después ya en Hoyos”, explica Rafa.
Y es que Rafa lleva tantos años sobre el caballo que cuando empezó ni siquiera había un epígrafe en Hacienda para dar de alta su actividad: rutas a caballo. En los despachos de la Administración se pasaban la bola de Ganadería a Turismo. Tras mucho insistir, porque necesitaba una licencia fiscal, en Hacienda le metieron en el epígrafe de “alquiler de carruajes sin motor”. Años después le pasaron a“alquiler de otros bienes muebles” y hoy se le incluye en turismo de aventura o ganadería con fines de servicios.
Esta anécdota resume de forma gráfica la evolución que ha tenido el turismo ecuestre en España en los últimos 30 años, en los que se ha pasado del “déjame el caballo para dar una vuelta” a la existencia de más de 1500 empresas que ofrecen rutas o excursiones a caballo, actividad que se inició en la Sierra de Gredos.
En estos años, de los 14 a los 64 que tiene Rafa, muchas son las pequeñas historias que le han contado las 10. 000 personas que, estima, han montado con él a caballo, una “clientela” que también se ha transformado en este tiempo.
“Al principio te decían déjame el caballo para dar un paseo , poco a poco se fue cambiando y tras unos años en que montaba casi cualquiera, con chanclas y pantalones cortos, hoy los clientes suelen ser jinetes más o menos expertos que eligen el caballo como alternativa, que saben lo que quieren y reclaman un producto de calidad,” explica Rafa.
Con los clientes también ha evolucionado paulatinamente el sector del turismo ecuestre que cada día es más profesional: equitación mínima requerida; rutas, precios y horarios definidos; seguros de accidentes específicos; caballos adecuados a cada nivel, instalaciones, etc.
“Los primeros tenemos la satisfacción de haber inventado algo nuevo, que no existía, de haber perseguido un sueño y haberlo logrado. La gente es más consciente de la actividad que está haciendo y nosotros más selectivos, no se admiten ciertas cosas por higiene, por seguridad y por imagen”, asegura Rafa, que mantiene que en estos años se ha reducido notablemente el número de accidentes, se ha profesionalizado el sector y se ofrece un producto turístico definido.
“A finales de los años 90 había en Gredos Norte más de 6 empresas de este tipo. Se hizo un márketing muy agresivo y hubo una drástica bajada de precios. Ahora somos menos empresas pero más especializados, entonces había mucho caballo de excursión pero poco volumen de negocio”.
Y es que el turismo ecuestre, bien llevado, ha demostrado ser un negocio rentable, que genera empleo y que incrementa sus resultados cada año.
“En 2018, trabajamos 218 días y tuvimos 2.468 salidas a caballo, un día con 2 y otro con 20, entre 800 y 1000 personas el año pasado aproximadamente. Cada año tengo más facturación, más días de trabajo, algo impensable hace años. En el 81 si trabajabas 8 días en verano dabas gracias. Entonces era un complemento. Ahora se puede vivir de ello, incluso generar empleo, nosotros, por ejemplo trabajamos 3 personas de forma continuada”, asegura Rafa, de Gredos a Caballo.
También ha cambiado la forma de reservar, “al principio yo iba a agencias de viaje, a agencias de animación, me anunciaba en la guía del ocio, en revistas especializadas, etc, y ahora solo con Internet y con antiguos clientes es suficiente”.
YEGUADAS DE PRESTIGIO INTERNACIONAL
Muchos y buenos clientes tuvo también Julián Veneros que con 20 años decidió quedarse a vivir en Gredos y montar Almanzor Turismo Ecuestre, una empresa también pionera que ofreció rutas a caballo en Gredos durante 17 años. Su vida también está marcada por el caballo como el hierro con el que los marca: Vh, de Veneros Hernández .
Desde hace unos años se ha centrado en la cría y venta de magníficos caballos de Pura raza árabe y angloárabe.
“Nuestros caballos se crían en condiciones de semilibertad, en una zona de gran altitud, lo que les aporta unas condiciones físicas y morfológicas que hace que nuestros potros sean muy apreciados en varias disciplinas ecuestres como el Raid y el Trec”, explica Julián, de la Yeguada Almanzor (www.yeguadaalmanzor.com), que cuenta con varios campeones en esa disciplina como la yegua Anglo-árabe española Almendra JV que ganó este año un Raid de 120 km en el Gamilati Endurance Cup, de Dubái. Emiratos Árabes Unidos.
La vida de Domingo Arrabé también gira entorno al caballo como los muchos giros que dan para exhibirse en los concursos morfológicos los magníficos ejemplares de Pura Raza Española (PRE) de su yeguada. Desde 1982 esta pequeña pero prestigiosa selección de ganado caballar ha dado ya varios campeones del mundo y ha exportado caballos criados en la sierra de Gredos a países como Costa Rica, Colombia, o California, entre otros muchos. Sus potros no bajan de los 50.000 euros y si se habla de caballos o yeguas adultos la cifra se dispara.
El caballo de Pura Raza España no se vende mucho pero lo que se vende, si es bueno, se vende caro. Nosotros tenemos pocos ejemplares, 6 madres y potros de diferentes edades hasta unas 18 cabezas de media, pero el prestigio nos avala y hemos llegado a vender uno por más de 150.000 a una princesa de Barei. Tengo una yegua, Mabileña DAV, que ha sido 3 años campeona del mundo en el concurso morfológico de Pura Raza Española que se celebra en Sevilla, explica Domingo, vecino y natural de Barajas. Su hijo, Rubén, (DEP) en 2012 logró el título de Campeón de España de Presentadores de Pura Raza Española (PRE) y en 2018 el de mejor Presentador de Centroamérica de PRE.
Pero la relación de Domingo Arrabé con los caballos no se limita a los concursos morfológicos de su yeguada. Desde hace más de 30 años regenta, con su mujer Carmen, una guarnicionería y una tienda de artículos para el caballo y el jinete en Navarredonda de Gredos.
“Mi afición por el caballo me llevó este negocio. Hoy, es un oficio en auge porque somos pocos y hay mucho trabajo. La demanda ha aumentado en estos treinta años pero ha habido cambios en el mercado. Ahora estos productos se compran para el lujo, el ocio y el deporte, para jinetes profesionales, mientras que la demanda de los ganaderos es mínima en comparación”, explica Domingo.
EL ORIGEN DE LOS BUENOS CABALLOS EN GREDOS
Como buen conocedor de su tierra Domingo Arrabé sabe de la importancia del caballo para la zona: Estos son pueblos tradicionalmente ganaderos y ya se sabe, si quieres “menear” el ganado tiene que ser a caballo. En Gredos se ha ido mejorando la raza año tras año, gracias a la trashumancia y también en gran medida a la Parada.
La Parada Militar, a la que alude Domingo, estuvo en Navarredonda desde principios de los años 60, pero también tuvo un antecedente curioso.
“Antes de la guerra tenía la parada, en Hoyos, Justo Muñoz, a quien el rey Alfonso XIII, por amistad, ya que era su montero, le proporcionó 4 caballos sementales, árabes, españoles y un burro muy bueno. Duró unos años pero realmente lo importante para que haya buenos caballos fue la de Navarredonda que estuvo muchos años”, explica Rafa González, de Gredos a Caballo.
En la Parada de Navarredonda había sementales de pura raza: españoles, árabes, ingleses, percherones; lo que puso la semilla de una ganadería caballar de calidad, resultado de la mezcla de las yeguas de la zona con estos purasangres a lo largo de medio siglo.
La parada fue decisiva para criar buenos caballos en la zona, y también ha contribuido la gran afición que hay y el hecho de que en Gredos, por la altura se crían muy buenos ejemplares, explica Julián, de la Yeguada Almanzor.
De acuerdo con ellos está también Diego Torres, ganadero, quien al igual que Rafa apuntan la importancia de la Trashumancia y de que los caballos estén muy trabajados.
Como las vacas se bajaban a Extremadura allí se cubrían las yeguas de caballos buenos, caballos grandes por el buen clima y la comida. En la trashumancia se usaba el caballo jatero que era el que llevaba el equipaje, el caballo campero, el que se usaba para el manejo del ganado era la jaca castellana, de color castaño o negro, y ligeramente acarnerados explica Rafa.
CABALLOS CONTRA DESPOBLACIÓN
En Navarredonda y Barajas hay 228 caballos y 434 habitantes en Hoyos del Espino 130 caballos y 363 vecinos en 2018, según datos de los ayuntamientos de estos pueblos y del Instituto Nacional de Estadística (INE). La tendencia a la baja del número de habitantes es preocupante.En los últimos 18 años la población en Gredos Norte se ha reducido drásticamente, pasando de un total de 2.678 habitantes en el año 2000 a 1.826, osea un 34% menos según datos de la UCAV (Universidad Católica de Ávila).
El caballo también ha sido importante en Gredos para frenar el despoblamiento . Muchos de los que montaron aquí un negocio relacionado con los caballos eran gente del pueblo que se había marchado a trabajar fuera y vieron en esto una alternativa para poder quedarse y formar una familia, como Rafa, Domingo y Julián .
Además, el caballo está detrás de la llegada a Gredos de muchas personas que tras años de venir asiduamente acabaron por alquilar o hacerse una casa en alguno de estos pueblos, como Ruth, (DEP), María y Manuel, Maru y Manolo, en Barajas y Ruht, Paloma, Mar y Gerardo…., en Hoyos y así hasta casi 30, según Rafa.
Fidel y Bea, por ejemplo se conocieron montando a caballo con Julián, y hoy su hija Carolina ha montado, junto a su novio Jaime, la clínica veterinaria Almanzor, en Navarredonda de Gredos.
“¡Que difícil resumir lo que ha representado Gredos, en mi vida durante los últimos 33 años!. Tuve la inmensa suerte de conocerlo en el año 87 y desde el primer día hasta hoy he disfrutado de la pasión de mi vida; los caballos. Conocí aquí al que hoy es mi marido, Fidel; hice y mantengo grandes amigos y he recibido el cariño y la hospitalidad de sus gentes. Hoy nuestra hija, a quien inculcamos este amor por el lugar y la naturaleza, apuesta por emprender una nueva vida en esta hermosa tierra y yo me siento orgullosa”, explica Beatriz Hernández-San Juan.
Otros y sobre todo otras, vinieron a montar a caballo y al final acabaron casados con vecinos de Gredos como Angelines, Elena, Julián, Eva, Ana , Silvia, y Merche, por poner algún ejemplo.
“Comencé a venir a Navarredonda por mi afición a los caballos. Yo había montado ya en otros sitios como Piedralaves, Talavera, pero los caballos de las excursiones organizadas que había aquí eran excepcionales y no digamos ya el entorno. Poco a poco comencé a venir asiduamente a Gredos por muchas razones, no solamente por los caballos, aunque ellos han estado presentes durante toda mi vida. Me casé con una persona de Navarredonda y tengo dos hijos que adoran el pueblo y que por supuesto han heredado nuestra afición equina”, asegura Mercedes Collado.
También es curioso el caso de Elena Dendaluce que vino a montar a caballo con Rafa y trajo amigos que, como ella acabaron quedándose a vivir en Gredos y montaron su propio negocio, como Guy que junto a Nadette, entonces su mujer, abrieron un centro formación e inmersión lingúistica, Gredos Centre www.gredoscentre.com y él mas tarde una agencia inmobiliaria https://celeminrealestate.com.
Elena Dendaluce en 1999 montó su propia empresa de turismo ecuestre. (www.equiberia.com), especializada en público internacional, que da empleo a varias personas de la zona, como Jaime Carrasco.
“El 90% de nuestros clientes son extranjeros, ingleses, franceses, americanos, alemanes …. hacemos con ellos rutas de una semana sobre todo. Suelen ser jinetes expertos que hacen sus vacaciones en España a caballo y repiten con nosotros cada año por diferentes itinerarios. También tenemos rutas de dos horas sobre todo en julio y agosto con clientes expertos e inexpertos, y tenemos otra actividad con ponis para los niños”, explica Jaime de Equiberia.
Y de las bridas de Equiberia también llegó a Gredos Irene Lorenzo hace ya casi cinco años.
“Gredos ha sido mi vía para descubrir el caballo en mi país de origen, y para entender esta particular visión desde los ojos de la tradición y el conocimiento heredado de muchas generaciones de vaqueros. El cambio que supone experimentar esta cultura del caballo tras mi paso por cuadras y centros ecuestres con instalaciones punteras y una gran profesionalización del sector ecuestre es para mí cuanto menos chocante. Pero es al mismo tiempo curioso estar aquí para ver y formar parte del cambio paulatino que hay, avanzando y mejorando la visión sobre el uso y manejo de estos bellos animales”, explica Irene Lorenzo, Licenciada en Ciencias Equinas por la Universidad de Massey University (Nueva Zelanda) y Técnico en inseminación artificial equina / Desbrave y Doma de Potros.
A la doma de potros también se dedica en Gredos Luis Ríos, más conocido como Lucho, un chileno natural de Constitución, en la región del Maule, que lleva 7 años viviendo en Barajas, y que utiliza para domar innovadores métodos, sin castigo, sin hierros, sin violencia, de forma que los animales no sufran, ganándose su confianza, transmitiendo tranquilidad y seguridad al animal.
DE HERREROS Y FRAGUAS PORTÁTILES
Como dice Irene en el manejo del caballo poco a poco se va cambiando. Aquellos días en que para herrar o capar un caballo se le tiraba al suelo y se le ataba entre varios y a veces golpeaba hasta agotarle han quedado atrás por suerte en la mayoría de los pueblos.
“Antes para la castración de un potro o para herrarle, se tiraban encima 4 personas mínimo, todo era a base de violencia y sin anestesia, sujetándolos con sogas… a lo bestia. El caballo sufría más y se resabiaba por lo que a la siguiente vez era aún más difícil herrarle”, explica Marcos de las Heras, herrador de Barco de Ávila, para quien el cliente también está cambiando:
” Ahora lo hierra una persona sola y el caballo ni se mueve, porque no se siente oprimido entre tanta gente, se hace más suave con más tacto y no sufre. El cliente no le quiere ni tocar, como saben que lo hacemos solosmuchos no ayudan por miedo.”
Coincide con él su colega José Manuel García, conocido en la zona como Chema, que asegura que “se ha ido a una mayor profesionalización del sector, antes con clavar la herradura valía ahora hay que hacer un buen aplomado, una buena forja de la herradura, etc. Hay más medios y se hierra mejor. Un buen herraje es un valor añadido pues soluciona cojeras y otros problemas de la pisada.”
Hace 50 años en prácticamente todos los pueblos había en funcionamiento una fragua y un potro o (estructura que sirve para sujetar los animales ) en el que vacas y caballos se herraban para poder trabajar en el campo. Hoy, fraguas y potros son ya vestigios del pasado pues se cerraron al ritmo que se abandonaban las tierras de labranza y han quedado relegados a otros usos como la sede de Los Carreteros de Gredos en la fragua de Barajas, por ejemplo.
La herrería se ha convertido hoy en un oficio itinerante. Estos dos herreros que trabajan asiduamente en Gredos Norte se desplazan en su furgoneta al lugar donde está el caballo y por un precio medio de unos 45 euros le hierran las 4 patas; unos 55 ó 60 de media si el herraje es en caliente, que es menos habitual o si tienen que administrarle algún calmante o tratamiento.
A pesar de esta itinerancia, el oficio de herrero, al igual que los caballos está al alza. “Cada vez se hierra mejor, mucha gente joven está aprendiendo el oficio, luego bastantes lo dejan porque parece fácil pero no lo es, trabajamos con animales de 400 kilos y hay que tener mano para llevarle, sin violencia, se requiere habilidad “, asegura Marcos..
También han cambiado los usos de los caballos, siendo el ocio, el manejo de ganado, y el deporte los principales. “Se hierra para caballos de capricho o deporte y para alguna disciplina como Raid o salto porque el uso del caballo para la labranza hace tiempo que ha desaparecido” , explica Chema.
Una vez más coincide Marcos en el diagnóstico: “Ahora se hierra un par de veces al año al caballo que se utiliza en Gredos. Casi todos los ganaderos tienen un par de caballos, que son la base para cerrar y mover el ganado, a diario y algunos en la trashumancia, aunque también hay mucha gente que tiene caballo como hobby o deporte”.
Para Chema “lo peor es que es un trabajo duro, mala postura, tirones, ese el inconveniente del herrero, por eso los viejos herreros nos suelen decir: no te aprietes mucho que no llegas a herrero viejo.”
Y para finalizar, un antiguo proverbio árabe, mi particular homenaje al caballo, que tanto me ha dado:
…y Dios llamó al viento del sur y le dijo: “No serás invisible ni impalpable, tendrás una forma y ocuparás un cuerpo, cuya belleza envidiarán todos los animales”… Y creo al caballo.
Publicado el 20/08/2019
Eva Veneros Hernández
Casa del Altozano.