Flora Sierra de Gredos
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junio 21, 2019En Gredos, por suerte, no tenemos plantas carnívoras gigantes de esas que se zampaban un explorador de la selva en un “santiamén”. Sin embargo de las 18 especies que hay en la península dos crecen en Gredos Norte: el Rocío del Sol, (Drosera rotundifolia) una planta mágica que dicen que fascinaba a Darwin, y la Lentibularia (Utricularia Menor), una de las más escasas y difíciles de ver.
Las plantas carnívoras llevan más de 65 millones de años en la Tierra, ya hay pruebas de su existencia en fósiles del Cretácico. No es algo tan raro, es simplemente una adaptación evolutiva por la que algunas plantas consiguen nutrientes, como el nitrógeno, de pequeños invertebrados que atrapan con distintos mecanismos naturales creados para ese fin.
En la actualidad en el mundo se conocen unas 600 especies de plantas carnívoras clasificadas en 17 géneros, en la Península Ibérica hay 18 especies. En Gredos Norte no tenemos la Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula) que es la típica planta que todo el mundo imagina cuando piensa en una carnívora, pues sus hojas dentadas similan una boca con amenazantes dientes. Por suerte tampoco tenemos ninguna de las mal llamadas carnívoras gigantes pues ninguna especie supera la altura media de una persona, y sin embargo las veíamos en las películas de la selva tragarse a un explorador en menos que canta un gallo. No, en Gredos afortunadamente no hay de esas. Pero de las 18 especies de plantas carnívoras presentes en la Península Ibérica, aquí se pueden encontrar dos. Son plantas muy escasas, protegidas y que no sobreviven lejos de las montañas donde viven en trampaleras o turberas y otras aguas estancadas.
El Rocío del sol, o Roselí, (Drosera rotundifolia) fascinaba a Darwin, el autor de El orígen de las Especies, y no es extraño: es carnívora y algo mágica. Sus hojas están cubiertas de pelos pegajosos que son trampas mortales para los pequeños insectos que cometen el error de rozarlos. Cuando el insecto se pega a uno de los pelos tira de ellos y en su esfuerzo por liberarse transmite señales al resto de los pelos que se inclinan hacia él y lo atrapan definitivamente.
Esta peculiar planta crece en las aguas paradas y se puede ver facilmente, a partir de los 1400 metros eso sí, pues a pesar de su pequeño tamaño, su color rojizo, con el que atrae a sus presas, la hace más visible en las turberas o, en lenguaje serrano trampaleras porque es posible quedar atrapado, hundido en la tierra y en sus aguas estancadas que actúan como trampas naturales.
Crece en Alaska, Canadá, las montañas Apalaches y en las aguas paradas de Gredos donde de los 3 tipos de Droseras que hay: Intermedia, rotundifolia y lusitanicum, crece la segunda. Su nombre científico, Drosera rotundifolia, viene del griego, (Drosos, rocío). El nombre vulgar, viene del latín, Ros Solis, Rocío del Sol. Ambos hacen referencia a las gotas brillantes que aparecen al final de cada hoja, y que se asemejan al rocío de la mañana. Se trata del mucílago ó sustancia vegetal viscosa, dulce y pegajosa en la que quedan atrapados los insectos, que cuando intentan liberarse se quedan aún más pegados. La planta entonces desprende unas encimas que descomponen a la presa y extrae de sus cuerpos, atrapados en los tentáculos glandulares, nitratos y otros nutrientes.
Esta curiosa planta forma rosetas de hojas redondeadas repletas de pelos glandulosos y con ella se fabrica un extracto eficaz como antiinflamatorio y antiespasmódico.
La Lentibularia (Utricularia Menor)
En los tremedales, o trampales de Gredos o zonas en las que el suelo es inundado por aguas inmoviles se encuentra la otra flor carnívora de Gredos, la rara Lentibularia (Utricularia Menor), una hierba acuática, prácticamente sumergida en aguas paradas, charcas, arroyos de montaña, acequias, lagunas, que florece desde finales de primavera y a lo largo del verano. Es una planta escasa y difícil de ver porque además es minúscula y al tratarse de una especie protegida se oculta su distribución, aunque se sabe que es propia de ambientes circumboreales y que es más frecuente en la mitad norte de España.
El nombre genérico Utricularia viene del latín, utriculus, que significa pequeña botella o frasco de cuero, y minor que significa más pequeño y hace referencia a la forma en que captura a los insectos que es la más elaborada y curiosa de entre las especies carnívoras. La planta tiene unas minúsculas vejigas o utrículos con una especie de tapadera. Cuando un insecto o minúsculo crustáceo acuático se acerca se abre la compuerta y se forma un remolino que atrae al insecto hacia el interior. Esa especie de “jarrita con tapadera” se cierra y la presa queda atrapada en el interior donde es descompuesta por encimas y absorbida y digerida por la planta.
Eva Veneros Hernández de la Torre.
Barajas. Navarredonda de Gredos,
Casa del Altozano. Base de Polaris