El Coronavirus amenaza la Reserva de Caza de Gredos
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mayo 5, 2020- En estos pueblos somos muy pocos, cuatro gatos, menos de diez habitantes por kilómetro cuadrado. Por una vez la despoblación ha sido una ventaja. El distanciamiento social ha sido más fácil y no hace falta calculadora para sumar los casos de afectados por Coronavirus. Con mejores vistas que en las ciudades, pero igualmente confinados en las casas, los vecinos estrenan hoy el principio de la desescalada y comienzan a vislumbrar el fin de esta dichosa pandemia que ha puesto “manga por hombro” su vida durante los últimos 50 días.
Mientras llega nuestra “fase”, los negocios están parados. Solo atienden los comercios, las farmacias hacen actividades extras, los centros de salud atienden por teléfono o a domicilio, los ganaderos echan cuentas, y en las residencias de ancianos hay aún menos movimiento que antes.
Mientras llega, aquí, no suenan aún las campanas porque no hay misa a la que llamar, las confesiones se hacen por teléfono y la música de las fiestas patronales solo se escucha por la megafonía del pregón del ayuntamiento.
Mientras llega, los niños pintan arcoíris, hacen ciberdeberes, y pasean desde hace unos días por las calles medio vacías de los pueblos, aquí, ahora, raramente acompaños por adultos.
El 2 de Mayo de 2020, en los pueblos de Gredos, sierra de escaladores, comenzó, tras 48 días de confinamiento la famosa desescalada. ¡Por fin podemos ir a sentir, no solo ver, la Primavera!, aquí sin horarios por franja de edad. Este plus de libertad es una de las ventajas de vivir en la España vaciada, en una zona donde pocos pueblos rondan los 300 habitantes y los hay que no llegan a los 40. Las 7 semanas pasadas en casa, con magnificas vistas eso sí, han dejado en nosotros la huella de un tiempo muerto en el que hemos visto irse la vida por la ventana. Esta es una crónica de la realidad sanitaria y social de ese tiempo ¿muerto?.
Como dice el humorista y compositor madrileño Pepín Tre: “…pero lo más importante es tener salud…”. Y es verdad. La salud es lo primero, asique por ahí empiezo. Dar datos que se ajusten a la realidad no es fácil porque las cifras de enfermos y la forma de medirlos cambian según la óptica con que se mire. Sin embargo, generalizando se puede decir que los pueblos de Gredos Norte, no se han visto muy afectados y los casos de afectados por el Coronavirus, se mueven en la treintena.
La densidad de población media aquí es inferior a los 10 habitantes por kilómetro cuadrado (INE, 2019) frente a los 800 de Madrid, por ejemplo. Esta despoblación por una vez ha sido una ventaja. El distanciamiento social y la ausencia de grandes núcleos urbanos ha propiciado que los casos se cuenten sin necesidad de muchas manos en el Centro de Salud de Navarredonda de Gredos, que atiende a 14 localidades.
En este centro de salud han registrado desde el pasado 1 de marzo cinco fallecimientos pero ninguno relacionado con el Covid 19. Nada si se compara con el conjunto de la provincia de Ávila donde, a día de hoy se registran 128 muertes por coronavirus, de un total de 1788 en Castilla y León, una de las regiones más afectadas de España.
En estos pueblos somos pocos, cuatro gatos. Aquí casi todos nos conocemos y entre rumores más o menos fundados hemos ido sabiendo los unos de los otros. Sin embargo, ha habido dos vecinos cuyos casos han sido portada en los diarios y televisiones regionales por estar afectados directa e indirectamente por el Coronavirus.
Uno es Óscar Muñoz Martín, panadero y alcalde de San Martín de La Vega, que fue el primer paciente afectado por Coronavirus que salió de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Nuestra Señora de Sonsoles, de Ávila, el pasado 1 de abril y ya está en casa.
“Tardé en ser consciente de lo grave que estaba y no sé si habré sido conejillo de indias en el tratamiento pero me alegro si ha sido así si ha servido para curar a otros. Solo tengo palabras de agradecimiento hacia todas las personas que trabajan en la Seguridad Social, desde los sanitarios, hasta los que sirven comida, los de la limpieza, los de seguridad, no me han podido tratar mejor, tienen un 10”, explica Óscar.
El otro nombre propio de Gredos que ha saltado a los medios por el Coronavirus es el de María José G., de Barajas, Navarredonda de Gredos, que sufrió un derrame cerebral el pasado 3 de marzo y que debido a la paralización general del país por el Coronavirus no podía recibir la rehabilitación que necesita para recuperarse. Su familia hizo un llamamiento de ayuda en los medios y tras complicados trámites burocráticos consiguió su traslado a un hospital privado de Vigo, que se ofreció para su tratamiento y en el que se recuperará, esperemos que del todo, en los próximos meses. (Ambos en la fotografías superiores).
También ha habido casos en Navacepeda y en San Bartolomé de Tormes, según Gerardo de Lucas, alcalde de San Juan de Gredos, cuyo término municipal engloba las localidades de Navacepeda de Tormes, La Herguijuela y San Bartolomé de Tormes. “Hemos tenido dos casos de coronavirus familiares: uno en Navacepeda, un matrimonio con una hija, y otro en San Bartolomé, un matrimonio de avanzada edad que ya está de vuelta en el municipio. Aquí, la gente es humilde y procuran seguir las normas impuestas sin protestas. Son luchadores, agradecidos y con muchas ganas de vivir y afrontar el futuro. La máxima preocupación que tenemos es la subsistencia de nuestros mayores, explica Gerardo.
Y precisamente los mayores, han sido una de las grandes preocupaciones estos días, no en vano la tasa de mortalidad de covid-19 en personas de más de 80 años es cinco veces la media a nivel global y del 67,23% en España. La situación ha sido especialmente preocupante en las residencias de ancianos, con 44.300 plazas públicas y privadas en Castilla y León, en las que han fallecido 2.352 personas, de ellos habían dado positivo 1274 y otros 1078 tenían síntomas compatibles, según datos de la Junta de Castilla y León. Por fotuna en las dos residencias de la zona no ha habido ningún caso de Coronavirus.
“La residencia está aislada desde el principio y afortunadamente no hay ningún caso ni entre los residentes ni entre el personal, a todos nos han hecho el test y hemos tenido material de protección suficiente. Los únicos cambios han sido que los pocos que salían no salen y que los que pasean por dentro de las instalaciones lo hacen a más distancia. También tengo más contacto con las familias y algunos me envían vídeos de los nietos para que se haga más llevadero. Yo diría que los residentes están casi mejor que antes porque, quizás por sugestión, no se quejan de nada, explica Angelines Arandilla, supervisora de la residencia Virgen de las Nieves de Navarredonda de Gredos, centro en el que viven 20 residentes atendidos por 12 personas contando todo el personal (auxiliares, cocina, sanitarios, limpieza, etc).
Afortunadamente tampoco ha habido ningún caso en la residencia Virgen del Espino, de Hoyos del Espino, con 31 residentes atendidos por 20 personas en distintos turnos. Su directora, Lidia Ortega explica cómo se ha vivido: Los primeros días fueron de mucho stress, pero los residentes permanecieron aislados en sus habitaciones, y variamos las planillas de los empleados para limitar las entradas al centro. Desde el 9 de abril que se hicieron los test, afortunadamente todos negativos, las zonas comunes siguen cerradas pero los residentes pueden pasear por los pasillos y salir al jardín aunque lo hacen de dos en dos y acompañados por un auxiliar” explica Lidia.
“Nuestra residencia pertenece a un grupo y todas las medidas que se han tomado estos días para prevenir se implementan en todos los centros: desinfectar los uniformes del personal dentro de la residencia, mantener cerrados los accesos al interior del edificio a proveedores, etc, tener preparada una zona de aislamiento para casos de contingencia, tomar la temperatura 3 veces al día, la saturación a diario y la tensión dos veces por semana, fumigar el exterior, hacer videollamadas a las familias cada dos días para que estén tranquilos, informar a las autoridades sanitariasl… creo que se han tomado unas 28 medidas”, asegura Lidia Ortega, directora de la residencia de Hoyos del Espino que dice contar con material sanitario de protección suficiente pero recuerda agradecida: “Las mascarillas que nos enviaron las mujeres de Hoyos del Espino nos sirvieron de gran ayuda al principio”.
Las mascarillas a las que alude Lidia fueron fruto de una iniciativa solidaria que surgió ante la acuciante necesidad y falta de este material de protección en las primeras semanas. Una veintena de personas de Hoyos del Espino decidieron organizarse para coserlas. A lo largo de estos casi 50 días de confinamiento han fabricado, hasta la fecha, 5.055 mascarillas, de ellas 2439 se han entregado a Cruz Roja y el resto se han repartido por distintos municipios de la Gredos, otros pueblos de Ávila como Tornadizos y Navalosa, e incluso han enviado 450 a Alcorcón (Madrid).
“En los años 70 hubo un sacerdote aquí, Don Juan, que puso en marcha una cooperativa textil con lo que consiguió fijar mucha población en la zona. Muchas de las antiguas trabajadoras de este taller, unas 20 personas, sobre todo mujeres pero también algún hombre, cosen estos días para proporcionar las, durante largo tiempo, escasas mascarillas” explica Jesús González Tejado, alcalde de Hoyos del Espino, que también está participando activamente en esta campaña.
Todo se improvisó pero se organizó para evitar riesgos. A través de Asenorg se hizo un llamamiento a los hoteles para pedir sábanas, algunos como el Parador, el Hostal Almanzor, el Milano Real o el Puerta de Gredos donaron numerosas sábanas que se depositaron en la Farmacia de Hoyos donde algunas voluntarias recogían el patrón establecido y cortaban la tela. Desde entonces dos voluntarios, un agente del Seprona y un operario del Ayuntamiento de Hoyos se encargan de distribuir y recoger el material entre las costureras, lo llevan a San Martín de la Vega del Alberche donde la Lavandería Carol las esteriliza y las distribuyen por los pueblos, todo ello coordinado por Conchi González, otra voluntaria de Hoyos del Espino.
“Ante la adversidad nos hemos unido y hemos colaborado unos con otros, con alegría sobre todo y con empeño por poner nuestro granito de arena en una situación tan difícil. Y eso está muy bien, curiosamente ahora que no podemos estar físicamente juntos, siento más la cercanía de las personas, que cuando estábamos todos los días viéndonos”, explica Conchi.
En esta iniciativa solidaria también colabora Marisa Hernández, de la farmacia de Hoyos del Espino, que ha sido centro de recepción de material y distribución de las mascarillas en los pueblos. Y es que el trabajo de los farmacéuticos fue clave especialmente en los primeros días, cuando los vecinos acudían a ellos en busca de información y consejos básicos de protección, sobre todo en aquellos municipios en los que el propio farmacéutico se desplaza a llevar los medicamentos.
“Los vecinos han sentido que los cuidábamos y hemos tratado y tratamos de darles tranquilidad. He distribuido mascarillas en pueblos donde reparto medicamentos y he dado algunos consejos de protección. En las farmacias tenemos estos días mucho más trabajo, porque hacemos de secretarios de los médicos, tenemos que pedir las recetas, ir a recogerlas, solucionar dudas de los enfermos, tomar la tensión… pero lo más difícil fueron los primeros días porque los médicos no estaban tan accesibles y los pacientes acudían a preguntar a la farmacia”, explica Marisa Hernández, que asegura que el consumo de medicamentos ha subido bastante desde que empezó la cuarentena porque los pacientes que son crónicos recogen los medicamentos de la recetas electrónicas para dos meses, a fin de reducir las salidas de casa.
Y es que las farmacias han sido otro punto de actividad en estos días de confinamiento porque para muchos son la referencia más cercana al médico. El centro de Salud de Navarredonda atiende a los vecinos de Navacepeda de Tormes, La Herguijuela, San Bartolomé de Tormes, San Martín del Pimpollar, Hoyos del Collado, Barajas, Navarredonda de Gredos, Hoyos del Espino, Garganta del Villar, Navadijos, Cepeda de la Mora, Hoyos de Miguel Muñoz, San Martín de la Vega del Alberche y Navalsauz. Durante el confinamiento los médicos han atendido por teléfono o se han desplazado a los domicilios cuando lo requerían los pacientes.
“Al estar limitadas las visitas el Centro de Salud hay mucho más trabajo, más papeleo, gestiones que hay que hacer por teléfono. De todas formas, ya estamos algo mejor, todo más organizado. Ha costado que la gente se pusiera mascarillas y guantes pero ya se ha conseguido, han ido entrando por el aro”, asegura Maru García, farmacéutica de Navarredonda de Gredos.
Al comportamiento ejemplar de la mayoría de los vecinos aluden todos los alcaldes, como José Manuel Jiménez, alcalde de Navarredonda de Gredos “El comportamiento de los vecinos está siendo ejemplar en líneas generales. Sin embargo ha habido algunas personas a las que les ha costado entender que el confinamiento era para todos, sin excepciones y otros que han extendido bulos y especulaciones que han generado un ambiente de cierta incertidumbre y sospecha” explica José Manuel que lamenta que las normas generales durante el Estado de Alarma, solo tengan en cuenta el devenir urbano, pero no el rural, o al menos no en la medida adecuada, no es lo mismo vivir en una gran ciudad que en un pueblo, como siempre esto no se ha tenido en cuenta”, asegura el edil.
Todos los alcaldes agradecen la ayuda de La Diputación de Ávila, que ha distribuido numerosas mascarillas en la zona y ha enviado hipoclorito sódico para desinfección y operarios para fumigar las calles una vez por semana y reconocen la colaboración de la Junta de Castilla y León que, aunque con cierto retraso, está prestando ayuda a los ayuntamientos.
Donde sí actúo con rapidez y eficacia la Junta de Castilla y León fue en el ámbito educativo. Así lo reconoce Loreto de la Iglesia Hernández, directora del CRA Alto Gredos, centro rural que agrupa las escuelas de tres localidades: Hoyos del Espino, Navarredonda de Gredos y San Martín del Pimpollar, y recibe alumnos de Barajas, y San Martín de la Vega del Alberche.
Los primeros días se comunicaron con los alumnos por email, whatsApp y llamadas telefónicas pero pronto fueron conscientes de que tenían que buscar otro sistema: “No se puede dar clases por correo electrónico; por lo menos, no a niños y niñas de Educación Infantil y Primaria, que necesitan que los ayuden a focalizar la atención, que les den ejemplos, aclaraciones, que les hagan preguntas y repreguntas, y poder decir en el momento lo que no entienden y plantear sus dudas; en suma, necesitan de la presencia, si no real, al menos virtual, del maestro o la maestra” explica Loreto.
Encontraron la respuesta en las herramientas digitales facilitadas por la Junta de Castilla y León con anterioridad, y que hasta ahora usaban ocasionalmente. “Al constatar que había algunas familias que no poseían los dispositivos necesarios, o no contaban con suficiente acceso a Internet, acudimos inmediatamente a los Ayuntamientos de las respectivas localidades, para pedir su ayuda, ellos respondieron de una forma fantástica de inmediato, adquiriendo tabletas digitales y tarjetas SIM con datos para proporcionarlas a esas familias con menos conectividad”, explica la directora del CRA Alto Gredos que apunta que la respuesta de las familias también ha sido excelente y colaboradora en todo momento.
A la vuelta de Semana Santa todo el sistema de educación a distancia estaba listo y en marcha hasta el día de hoy “El Equipo de Orientación Educativa y el Claustro de profesores diseñamos un una serie de orientaciones y guiones de trabajo para poder utilizar con la mayor eficiencia posible esas herramientas digitales, y aunque han aparecido nuevos problemas por el camino, han sido de menor entidad, y hemos respondido satisfactoriamente a cada uno de ellos” asegura Loreto de la Iglesia.
Las iglesias también han estado cerradas estos días de confinamiento y algunos, o sobre todo algunas ,echan de menos las misas y muchos el tañir de las campanas, sobre todo los domingos. Amador Gutierrez Montero, de 79 años, párroco de Navarredonda, Barajas, Hoyos de Miguel Muñoz, San Martín del Pimpollar y el Parador de Gredos, que estos días ha atendido estos días las necesidades de hasta 8 parroquias por la ausencia o enfermedad de los sacerdotes titulares.
“El obispo me ofreció marcharme a la residencia de Ávila ya que las iglesias estaban cerradas al culto pero, elegí quedarme para ofrecer presencia y acompañamiento, aunque sea telefónico. No he pretendido ganarme a la gente para que cuando pase esto se vaya más a misa, sino que lo he hecho por ciudadanía, porque soy uno más y porque he creído que mi deber era acompañar y atender a los vecinos en estos momentos tristes y difíciles”, explica Amador que estos días ha oficiado 8 entierros, con solo dos o tres familiares entre los asistentes:
“Lo que más me apena es la soledad de la gente que está muriendo sola en los hospitales, sin sus familias y esperemos que cuando esto pase encuentren cierto consuelo también en los funerales que seguramente serán muy numerosos”, asegura Amador que estos días ha confesado a algunos feligreses por teléfono y ha llamado a otros, sobre todo a los mayores y a los que están solos para ofrecerles compañía y consuelo.
“También me he preocupado de fomentar la ayuda solidaria para Cáritas a nivel diocesano, arciprestal y parroquial y estos días estoy colaborando con el alcalde de Hoyos del Espino y el Coro para celebrar simbólicamente la Venerable, aportando yo una lectura del Evangelio”, explica Amador que ha elegido para la ocasión el Evangelio de San Lucas sobre la tempestad calmada. En él se narra que un día los discípulos cruzaban el mar de Galilea , cuándo se levantó una gran tormenta y despertaron a Jesús diciendo: ¿no te preocupas si nos ahogamos?, a lo que Jesús contestó: ¿Por qué tenéis miedo? ¿Cómo es que no tenéis fe?..
Para Amador este pasaje del Nuevo Testamento se puede aplicar a la realidad actual:“La vida es un bien de Dios y desde Babel hemos querido arrebatarle ese poder. El Coronavirus ha demostrado que podemos tener una videoconferencia con los cuatro Continentes pero, un minúsculo mosquito es capaz de acabar con nuestro mundo en pocos días. Sin embargo, no creo que esto sea un castigo divino en absoluto, como me han dicho algunos mayores estos días, Dios no se recrea en el mal ni en el castigo, Dios es misericordioso y perdona siempre, los hombres a veces y la naturaleza nunca. Y esto es el resultado de un abuso humano de la naturaleza”, explica Amador que espera que cuando esto pase “seamos capaces de superar la prepotencia de creer que dominamos todo, seamos más humildes y nos demos cuenta de que solo estamos de paso”. Sic fiat.
Aquí acaba esta crónica de una cuarentena, con días grises, blancos y azules. En uno de los grises, cuando el ánimo tocaba fondo, nos llegó por las redes la voz mágica y profunda de alguien que tiene la mitad de su corazón en Gredos, el actor Ramón Langa. Nos dijo: ” la vida… ¡qué hermosa!, a pesar de todo…”.
Si quieres leer una visión más lírica de Gredos en los tiempos del coronavirus pincha este enlace.
Publicado el 2/05/2020
Eva Veneros Hernández
Casa del Altozano