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noviembre 13, 2020No, no es la cara oculta de la Luna, pero tiene relación con ella y con todos los astros del universo. Se trata de Antonia Varela, Toñi al poco de conocerla, porque si algo transmite es cercanía, quizas porque su “misión” es acercarnos el cielo. Es la directora de la Fundación Starlight, entidad sin ánimo de lucro que lucha por la protección del cielo nocturno, el alumbrado inteligente, la difusion de la astronomía y el turismo de estrellas.
En esta ENTREVISTA EXCLUSIVA, realizada desde Polaris , tras la certificación de Gredos como Reserva Starlight, viajamos con ella de Canarias al cielo. Desvelamos la faceta menos conocida de esta Guardiana de la Galaxia de carne y hueso que emplea todas sus armas para proteger la oscuridad de nuestros cielos. Nos cuenta aquí sus pasiones, sus satisfacciones, sus miedos y sus proyectos.
No ha llegado a tocar las estrellas pero casi. La directora de la Fundación Starlight, Antonia M. Varela Pérez (Santa Cruz de Tenerife), tenía solo 14 años cuando cayó en sus manos El Universo de Isaac Asimov. Aquella lectura bajo las estrellas del Monte de la Esperanza marcó su destino, que quizás ya estaba escrito en ellas.
Aunque pasa media vida con la vista en el cielo tiene los pies en la tierra. Cree que la Física está en todos lados y que casi todo se puede expresar con números. Todo menos quizás algunas pasiones como la que siente por los bulbos de galaxias o la emoción que la sobrecoge al contemplar los misterios, la inmensidad y la belleza del universo. Quizás por ello no soporta lo que impide o dificulta su visión: la contaminación lumínica.
Sus dos hijos no han seguido su estela académica pero probablemente la Luna lunera estaba entre sus nanas favoritas pues han crecido leyendo, debatiendo y contemplando estrellas. A Toñi la gusta pensar que no estamos solos en el universo, y a veces fantasear con cómo sería la vida extraterrestre; se emociona manejando una “máquina del tiempo” y no dudaría en ir a Marte si tuviera el billete de vuelta asegurado.
En la actualidad es profesora de la Universidad de la Laguna, investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y desde 2019 directora de la Fundación Starlight, organismo que lucha por la protección del cielo estrellado, la difusión de la astronomía y la promoción, coordinación y gestión del movimiento Starlight, que se inició en 2007 con la Declaración Starlight o Declaración de la Palma.
En esta entidad, sin ánimo de lucro y avalada por la UNESCO, se estudia en estos días la posible certificación de Gredos como Reserva Starlight, una certificación que se sumaría a la de Destino Starlight que actualmente tiene Gredos Norte. Toñi Varela no se atreve a asegurar los plazos, confía en que sea una realidad en 2020 porque asegura que “Los informes que la Fundación Starlight ha recibido hasta el momento de la calidad del cielo de Gredos son muy favorables”.
¿Cuándo y por qué decidiste ser astrofísica?
Mi vocación por la astrofísica comenzó cuando apenas tenía 14 años. A más temprana edad, ya en el colegio, mostré tener mucho interés por las ciencias, reconozco que siempre me interesaba saber el porqué de todo, me resultaba fascinante que todo fenómeno, cada hecho, desde que pones los pies en el suelo y enciendes el interruptor, todo es física y todo se puede expresar con las matemáticas. Tenía especial interés por ramas que tuvieran que ver con trabajo de campo y que me permitieran viajar y conocer lugares y gentes diferentes. Pero fue a los 14 años, durante un verano que disfrutaba con mi familia en el Monte de la Esperanza en Tenerife, un lugar entonces con escasa o nula contaminación lumínica, que cayó en mis manos por medio de una amiga el libro El Universo de Isaac Asimov. Aquella lectura bajo aquel cielo estrellado hizo todo lo demás.
¿Qué es lo más sorprendente que has visto en el cielo?
Cada vez que lo contemplo, no ya con los ojos de científica sino de aficionada, me sorprende su belleza, sus misterios, su inmensidad. Cuando además tienes la ventaja de acceder a su estudio y conocimiento descubres que cada punto brillante y lo que no ven nuestros ojos, pero sí las grandes máquinas del tiempo, que son los telecopios es fascinante. Yo hice mi tesis en bulbos de galaxias cercanas, el estudio de su estructura y sus implicaciones dinámicas, que sigue siendo mi mayor pasión, aunque la aparqué hace años por dedicarme a la caracterización astronómica de los observatorios, otro campo de estudio vinculado más a la óptica atmosférica y muy relacionado con el campo de estudio en las certificaciones Starlight.
¿Y lo peor?
Sin duda, aunque no es del propio cielo sino antropogénico, lo peor es la contaminación lumínica y lamentablemente, los recientes lanzamientos desmesurados de satélites de la constelación Starlink.
¿Crees que hay vida extraterrestre?
A mis alumnos de la Universidad de Mayores, cuando les imparto el tema de exoplanetas o de planetas extrasolares (base de datos que hay que actualizar continuamente y habiéndose descubierto ya más de 4.000), les cuento que según la ecuación de Drake que da la estimación del número de civilizaciones extraterrestres con las que finalmente podríamos ponernos en contacto parece implicar que tal tipo de contacto no es extremadamente raro. Sin embargo, no existe ninguna constatación científica de tal encuentro lo que no significa que no existan dichas civilizaciones. Según la paradoja de Enrico Fermi, La creencia común de que el Universo posee numerosas civilizaciones avanzadas tecnológicamente, combinada con nuestras observaciones que sugieren todo lo contrario es paradójica sugiriendo que nuestro conocimiento o nuestras observaciones son defectuosas o incompletas.
No obstante, el principio antrópico postula que dado que la vida en la Tierra no podría existir si alguno de los muchos parámetros del universo se modificase ligeramente, parece que los humanos tienen una ventaja única sobre cualquier otra forma de vida inteligente.
La polémica está servida, pero no cabe duda que es más esperable la existencia de otras formas de vida, microbiana o de cualquier otra índole, dada la creciente cifra de exoplanetas detectados y en zonas habitables (partiendo de criterios de habitabilidad que permitan vida como la humana) que pensar que estamos solos en el universo.
¿De Canarias al cielo?
Pues como canaria que soy y por dedicar la gran parte de mi carrera a caracterizar y promover los Observatorios de Canarias, te diría que, para la investigación astrofísica, sin lugar a dudas. Hay más de 70 instituciones usuarias de unos 27 países, albergando hoy en día al mayor telescopio terrestre del mundo el GTC10m.
Pero también debo admitir que mi experiencia como auditora Starlight y ahora como directora de la Fundación Starlight, me han permitido descubrir cielos espectaculares en todo el planeta, con unas condiciones de oscuridad, nitidez y transparencia al nivel de los Observatorios Astronómicos. Son entornos rurales, reservas de biosfera, parques nacionales, etc. donde la escasa población y/o medidas llevadas a cabo de alumbrado inteligente, han hecho que las condiciones naturales del cielo permanezcan casi intactas en el tiempo, es el territorio Starlight desde donde casi podemos tocar las estrellas.
¿Irías en una misión a Marte?
Sinceramente sí, pero siempre que pudiese regresar.
¿Cómo les has enseñado el cielo a tus hijos?
Tengo dos hijos, el mayor es ya ingeniero de caminos, canales y puertos y el menor está en el último curso de medicina, ninguno decidió estudiar astrofísica pero, me consta que a ambos les encanta, y que han consumido muchos seminarios de divulgación y académicos sobre astronomía, así que hay muchos temas que debatimos en casa, es muy divertido hacerlo. Reconozco que he invertido mucho más en hablarles de astrofísica que de la interpretación del cielo. Pero con un pequeño telescopio y unos binoculares que tenemos en casa y a simple vista, hemos disfrutado de ratos estupendos. Creo que entre los libros de astronomía que pululan por la casa, las tertulias y las historias que les cuento, han hecho que el cielo y el respeto por él formen parte natural de su cultura.
¿Recuerdas alguna observación astronómica en particular?
Recuerdo varias, entre ellas, las numerosas noches que como post doctorada pasaba con el monitor de seeing (DIMM) tanto en el Observatorio del Teide en la isla de Tenerife como en el Observatorio del Roque de los Muchachos en la isla de La Palma, en particular, las primeras medidas que hicimos en el enclave donde ahora está instalado el GTC10m. Estos datos sirvieron para determinar la ubicación precisa de este Observatorio. Y entre las más emocionantes fue una observación que me tocaba realizar en el Telescopio NOT en el Observatorio del Roque de los Muchachos, dentro de un proyecto de 5% internacional de galaxias barradas, para el que solo tenía la mitad de la noche porque durante la otra mitad científicos de todo el mundo estaban observando el impacto del cometa Schomeaker-Levy 9 con Júpiter, vivirlo en directo desde las cumbres te hacía sentir que estabas presenciando algo excepcional. Otra de las mejores experiencias fue una semana en el telescopio Isaac Newton de La Palma, una semana observando galaxias de cuyos bulbos no se sabía prácticamente nada y estábamos observando detalles jamás obtenidos, objetos que serían luego base para futuras tesis doctorales.
¿Desde cuándo eres directora de la Fundación Starlight?
Fue en enero de 2019 cuando pude acceder a este cargo. La selección se hizo años atrás pero fue precisa la firma de un convenio entre la Fundación Starlight y el Instituto de Astrofísica de Canarias y que los Estatutos de ambas entidades lo permitieran, para que el IAC pudiera autorizar mi adscripción a la Fundación Starlight con el puesto de directora.
¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción en el cargo?
Una de las mayores satisfacciones ha sido sentir el apoyo y excelente respuesta de toda la familia Starlight, lo cual me ha dado la energía y el entusiasmo necesarios para abordar este gran reto. Y entre las mayores satisfacciones han sido la constitución del Grupo de Turismo Científico de Miembros Afiliados de la Organización Mundial de Turismo de Naciones Unidas (UNWTO) liderado por la Fundación Starlight en la sesión plenaria que tuvo lugar durante la Asamblea General de la UNWTO en San Petersburgo en septiembre de 2019; y los reconocimientos como el Global Hospitality Awards 2109 por la defensa del astroturismo y el Premio del Reto FiturNext 2020 en “Cómo puede el turismo contribuir al desarrollo económico local” , valorando su nivel de impacto y replicabilidad (fueron 250 buenas prácticas de más de 50 países y 6 expertos de jurado).
Gredos consiguió en Noviembre de 2020 la certificación como Reserva Starlight que se suma a la de Destino Starlight de Gredos Norte. Algunos opinan que esta certificación supondríá poca diferencia aparte de más ingresos para la Fundación Starlight
Quiero recordar que la Fundación Starlight es una entidad sin ánimo de lucro, por lo que los fondos recibidos van destinados a los objetivos para los que fue creada: protección del cielo nocturno y alumbrado inteligente, difusión de la astronomía y el turismo de estrellas. Ser parte de esta familia Starlight lleva consigo la distinción y promoción nacional e internacional el territorio, el asesoramiento y formación permanente, la revalorización de los recursos naturales, medioambientales, culturales y científicos asociados al cielo en cada territorio, así como la promoción de un empleo de calidad.
Cada 4 años hay que renovar la certificación ¿cuál es el coste de la de Gredos y qué ocurre si se pierde?
Cuando se hace una auditoría se hacen una serie de recomendaciones que el territorio debe organizar y ejecutar. Es su compromiso para poder defender este sello. Unas medidas son a corto plazo y otras a medio-largo plazo. Para comprobar que se han cumplido estas recomendaciones se hace una revisión a los dos primeros años y una cada cuatro años para renovar. El coste de la cuota de los 2 años es 1.500 € y la de cuatro años es 3.250€ -para hacernos una idea, equivaldría a una cuota de 595€/año en los primeros 8 años-. Este coste incluye un nuevo informe por parte de la Fundación Starlight y nuevas recomendaciones.
En el caso de no haber cumplido los requerimientos se daría un plazo de subsanación que de no cumplirse pondría en peligro la renovación. No obstante, se hace un seguimiento permanente, de detectar cualquier riesgo se advertiría con antelación.
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Eva Veneros Hernández de la Torre.
Barajas. Navarredonda de Gredos,
Casa del Altozano. Base de Polaris