“Declaración Gredos” contra la despoblación rural
enero 13, 2020Nils-Udo alborota el Gallinero
enero 24, 2020“Veni, vidi, vici” o lo que es lo mismo “vine, ví, vencí”, y puede aplicarse a aquellos que llegaron, vieron y decidieron probar suerte en alguno de los pueblos de Gredos Norte.
Llegar, ver y enamorarse de Gredos sí fue rápido en la mayoría de los casos, vencer, ya llevó más tiempo y, algunos, resultaron vencidos.
En los últimos 25 años la población de Gredos Norte se ha reducido en un 34%. Éxodo a las ciudades en busca de trabajo, menos natalidad y envejecimiento de la población son las principales causas del despoblamiento.
Pero mientras unos se iban, otros decidieron cambiar la ciudad por el pueblo, la contaminación por la nieve, el parque por el pinar, el bullicio por el silencio, la piscina por el río, el anonimato por el “qué dirán?” y, en los peores casos, simplemente la guerra por la paz.
A Gredos Norte han llegado muchos “neorurales”: ejecutivos enérgicos, místicos en busca de sí mismos, montañeros, buscadores de empleo de aquí y de muy allá, jóvenes desencantados de la urbe, jubilados y últimamente, refugiados de guerra en busca simplemente de un lugar donde vivir en paz.
Los que pudieron emprendieron negocios, algunos triunfaron y crearon empleo, otros sencillamente encontraron un trabajo. Todos pasaron a formar parte de los “cuatro gatos que hay en Gredos Norte”.
Son, los colonos, esos que la Real Academia de la Lengua (RAE) define como un conjunto de personas que, procedentes de un territorio, se establecen en otro.
Unos vinieron de cerca, de Ávila, de Valladolid, de Alicante, de Málaga, de Madrid… otros, de muy lejos, de Estados Unidos, de Gales, de Holanda, de Africa, de Francia, de Rumanía, de Siria, y hasta de Santo Domingo y Chile.
¿Por qué eligieron Gredos?, ¿cómo les acogieron? ¿buscaron trabajo o emprendieron negocios?, ¿Cómo ven a los locales?, ¿qué echan de menos?, o ¿cómo ven el futuro?. Las respuestas nos las dan de primera mano 30 gatos colonos. Si quieres saberlo esta es la primera parte porque dada su extensión se hará por entregas. Sigue leyendo.
Fue la primera porque vino antes de ser. A Raquel Tribaldos la pensaron en Gredos. Sus padres, Juan y Alicia llegaron a esta sierra de viaje de novios, en los años 70, a “casa” de Julián y Loli, al Hostal Refugio de Gredos. Quizás contagiados de ese amor recién estrenado se enamoraron de Gredos. Y siguieron viniendo siempre que pudieron, desde Madrid, desde Valencia… siempre a Gredos. Con los años se hicieron una casa, en la casilla de tío Primitivo y vinieron aún más a menudo. Y tanto vino el cántaro a la fuente que acabó por quedarse. No ellos, sino su hija, que desde hace ya 16 años vive en Barajas.
¿POR QUÉ A GREDOS?
A partir de los 28 años, harta ya de los atascos, el agobio, la contaminación, la falta de trato humano,…. en Madrid, comenzó a rondarme la idea y finalmente decidí venirme a vivir al pueblo, ya que, sin serlo, me considero de aquí, y desde entonces vivo en Barajas, con mis perros, mis gatos, mis líos de trabajos, mis casas rurales, … ah! Y con Miguel. ¿Quién dice que en el mundo rural no nos estresamos?, explica Raquel. www.gredoscasarural.es
Y precisamente huyendo del stress y buscando una vida más tranquila vinieron muchos, entre ellos María José CC, consultora de 49 años y su pareja.
Queríamos un cambio de vida y lo encontramos. Decidimos dejarlo todo en Madrid y venir a vivir permanentemente a la casa que habíamos construido en Hoyos del Collado, que era nuestra mayor ilusión y la que nos hacía salir corriendo de Madrid los viernes y volver a regañadientes los domingos”, explica María José.
La tranquilidad era también lo que buscaba la madrileña Carolina Elich, la última en llegar, que lleva solo 8 meses en San Bartolomé de Tormes, y tiene todo el entusiasmo de los comienzos: “no conozco otro sitio en el que se reconozca el esfuerzo de la gente y se le ayude a avanzar como aquí y sus paisajes son tan cambiantes que no te aburres nunca”, explica Carol.
Tampoco se aburre Yeray Ramos, de 21 años, masajista deportivo y Sensei de Aikido, que trabaja en el Spa Aguas de Gredos desde hace año y medio.
“Buscaba estar en contacto directo con la naturaleza, la tranquilidad, la serenidad, el silencio y sentirme libre y en paz. Y lo he logrado”, asegura Yeray, que vino desde Alcalá de Henares, Madrid.
Yeray tardó poco en decidirse a venir; a otros les llevó más tiempo, como a Micaela Rubio, de 50 años, profesora de Viola, directora de orquesta e Higienista dental, natural de Elda, Alicante.
“Después de subir a tocar en el Parador durante 22 años, la vinculación con amigos y la paz y tranquilidad que me aportaba la zona, me plantee aceptar el ofrecimiento que me llevaban haciendo 3 años algunos alcaldes de presentar un proyecto cultural para la zona”.
Y vaya si lo hizo. El resultado es la Asociación Músico Cultural Enclave Gredos Norte, que tiene una media de 318 alumnos de 16 pueblos de la comarca y ha contribuido en gran medida a dar vida a los pueblos de gredos.
El que lleva en Gredos más tiempo que lo que Micaela tardó en decidirse fue Juan Carlos San José Minguela, más conocido como Carlitos, quien define así su experiencia:
Vivir en Gredos es decir buenos días, es ir a ver cómo vienen las gargantas, es ir a la fiesta del pueblo de al lado, es salir al vermout, es ir a las gallinas, es ir a las vacas, es vámonos a pescar, es jodo qué frío hace, es mira qué boletus, mira qué boruja… es la hostia. explica Carlos, de 52 años, que regenta el kiosco de Sanchivieco en Hoyos del Espino y no echa de menos su ciudad natal, Valladolid porque hay mucha niebla y no me va muy bien, bromea Carlos.
A Eva Sánchez Tomé, de 35 años también le gusta vivir en Gredos, donde reside desde hace 5 años, porque “hacemos muchas actividades en el medio natural (esquiar, escalar, montar en bici…), y ese es el principal motivo por el que vivimos aquí” explica Eva, profesora de Secundaria, natural de Plasencia, quien matiza: “ Vivir en un sitio así no es fácil si estás acostumbrado a las comodidades y servicios que te ofrece una gran ciudad, por lo que nunca trataría de convencer a nadie. Es algo que debe decidir uno mismo”, aconseja Eva.
Su pareja, Raúl Lora, madrileño de 43 años, lo decidió hace ya 10 años, decidió venir a vivir porque ya era asiduo de Gredos desde niño.
“Sus montañas siguen siendo salvajes y solitarias, no están masificadas y explotadas como otras cordilleras. Gredos siempre me había gustado y tiene muy buenas posibilidades para mi trabajo”, explica Raúl, Guía de Alta Montaña y maestro de Educación Física, que vive en Hoyos del Espino y dirige la Escuela Alpina de Gredos. www.escuelaalpinadegredos.com.
¿CON LOS BRAZOS ABIERTOS?
Y precisamente por trabajo vinieron muchos de los gatos colonos como otro Raúl, uno de los últimos en llegar, Raúl Cepeda Collado, que vive en Hoyos del Espino desde Junio de 2019 y trabaja como reponedor en el supermercado Covirán de Navarredonda de Gredos.
“Me enteré del trabajo por una red social y no dudé en venir, creo que es perfecto para una familia, muy bonito y tranquilo, aunque algo monótono para los jóvenes y con escasa tecnología“, asegura Raúl, de 20 años, natural de Candeleda, Ávila, que dice no haberse sentido bien acogido. “En el pueblo que vivo no, pero en Navarredonda si me siento muy bien, aunque hacer amigos y trabajar a la vez es difícil”.
Dificil no ha sido para sus jefes, Jose Manuel y Michelle, del supermercado El Chuletón de Gredos de Navarredonda, carnicero y profesora, de Madrid y Wrexham( Gales) respectivamente, que vinieron por trabajo y creen que faltan comercios y mejorar el transporte público en la zona.
“Después de casi un año no podemos quejarnos porque nos hemos sentido bien acogidos, tanto en San Martin de Pimpollar, donde vivimos los primeros 7 meses, como ahora en Navarredonda”, asegura José, de 46años.
Desde el primer momento he sentido el apoyo de la gente, los vecinos se alegran de que llegue gente joven para quedarse y nos animan”, explica Carolina Cañivano, de 24 años, veterinaria de Madrid que, junto a su pareja Jaime Blanco, de 28, se instalaron hace casi un año en Barajas y han abierto en Navarredonda la Clínica veterinaria Almanzor. www.veterinaria-almanzor.com.
En las grandes ciudades se tiende a pensar que a la gente de los pueblos le cuesta abrirse y al principio me inquietaba no encajar en el pueblo, pero los vecinos de Gredos me están sorprendiendo gratamente, explica Jaime.
GATOS EMPRENDEDORES
Carolina y Jaime son los gatos colonos emprendedores más recientes de Gredos Norte pero antes que ellos fueron otros. De la mano de su mujer Belén, con familia en Navarredonda, llegó Guillermo Alonso, madrileño de 54 años que, desde hace 25, vive en Hoyos del Espino, donde cogestiona el Restaurante La Galana, www.lagalanagredos.com dos casas rurales y dos parques de Aventura en los árboles, en Hoyos y en La Alberca, (Salamanca), www.gredostormes.com .
Los primeros años fueron difíciles, no teníamos ni idea de restauración así que nos dejamos asesorar por amigos y familiares que habían trabajado en el sector. Actualmente, La Galana tiene una plantilla fija de 5 personas, más algunos extras en verano y temporadas fuertes. En Gredos Tormes trabajamos 3 personas fijas, y en verano llegamos a ser cinco o seis, explica Guillermo.
Empleo, y mucho han creado en la zona la estadounidense Teresa Dorn y el madrileño Francisco Sánchez Rico desde que, a comienzos de la década de los noventa, decidieron dar un giro radical a sus vidas. Dejaron sus puestos de ejecutivos en Madrid y desde entonces no han cesado de emprender en estos años. En 1985 abrieron unas casas de fin de semana, en 1994 inauguraron el Hotel El Milano Real y en 2007 abrieron el Spa Aguas de Gredos. www.aguasdegredos.com, todo en Hoyos del Espino. Y aunque ya están jubilados, no se sabe si será lo último que emprendan.
En el Milano empezamos Paco y yo y llegamos a tener 28 empleados. En el Spa empezamos 5 y actualmente hay contratadas 3 personas y 2 ó 3 más por horas en temporada alta, explica Teresa, de 67 años, natural de Wisconsin, que se define como hotelera de profesión, jardinera de oficio y asesora de comunicación por formación.
“Considero a Hoyos del Espino como mi pueblo, pero más aún, considero a todo la comarca de Gredos Norte como mi hogar. Y se pregunta ¿Cuánto tiempo hace falta vivir en una zona para ser “de aquí”?: Hay muchas personas que por lazos familiares, vienen un par de veces al año nada más y se consideran con más derecho a hablar y a exigir porque “son de aquí”, yo los llamo los “Augustinos”, asegura la que fuera presidenta de Burson- Marsteller, una de las agencias de relaciones públicas y comunicación más grande del mundo.
A esto también alude Guillermo Alonso que explica: “ Me quiero sentir de aquí, ya que creo que soy de aquí por derecho, no por que me dejara caer la cigüeña, o por buscar trabajo o cualquier otra cosa. Soy de aquí por haberlo deseado. Y siempre hay gente que te recuerda que no has nacido aquí. ¿y qué?. He visitado cuatro continentes, decenas de países y mi lugar en el mundo es este. Me siento más extraño con “los de aquí”, que viven en Madrid o en cualquier otro sitio y que cuando vienen en verano intentan re-integrarse a Gredos y des-integrarte a ti. No duele, pero un mes al año hay que aguantarlos.
Otra de las colonas veteranas es la vasca Elena Dendaluce que en 1996 puso en marcha Equiberia, http://www.equiberia.com/, una empresa que organiza rutas a caballo por España y que emplea de forma fija a dos personas de la zona pero además sirve de motor económico para otras empresas.
“Cada vez que hacemos una ruta de una semana contratamos los servicios de entorno a 15 empresas: hoteles, restaurantes, guías, taxis, herreros, arrendamientos de prados, y otros establecimientos y proveedores. Un modelo que se reproduce en todos los programas de Equiberia, en Segovia, Menorca, Sevilla, y ahora en el País Vasco y Navarra”, explica Elena, empresaria de Turismo ecuestre de 55 años.
Varias personas de las que vinieron a trabajar con Elena se han convertido también en gatas colonas. Una es Marie Falda, amazona de 25 años, procedente de Aix les Bains (Francia).
Vine a Gredos en 2015 por unas prácticas para mi licenciatura en lenguas extranjeras aplicadas. Rápido me enamoré de la dureza y el lado salvaje de Gredos. Me considero muy afortunada porque tengo el trabajo de mis sueños aquí… Gredos estaba hecho para mí”, explica Marie que valora la tranquilidad, la proximidad la paz y la naturaleza, ¡que viva el mundo rural! Me siento como en casa, he llegado y aquí me quedo, asegura Marie.
Entusiasta se muestra con Gredos también Irene Lorenzo, de 29 años, licenciada en Ciencias Equinas por la Universidad de Australia, que vive en Navarredonda de Gredos desde que en 2017 llegó de Gales para trabajar en Equiberia y ahora se dedica por cuenta propia a domar caballos.
Al principio a los de fuera nos cuesta hacernos un hueco, esto es una gran familia y hasta que te adoptan tarda un tiempo pero ahora me siento una más en el pueblo. Vine por trabajo y aunque el invierno es algo duro, es difícil emprender y la cantidad de trabajo fluctúa según el mes, me veo en Gredos por mucho tiempo porque aquí soy feliz” asegura Irene que considera un lujo vivir eternamente en el lugar al que los de la ciudad van solo unos días para poder desconectar.
También de las riendas de Elena Dendaluce vinieron a Gredos el gibraltareño León Guy Tamborero y la holandesa Bernadette Groot, Guy y Nadette para los de Gredos. Ambos pusieron en marcha hace 20 años Gredos Centre, un centro de inmersión lingüística que en la actualidad recibe cada año más de 1500 niños de colegios nacionales e internacionales y que emplea a 12 trabajadores fijos y 3 autónomos. https://www.gredoscentre.com/
Guy, de 52 años, acabó montando en Navarredonda de Gredos una agencia inmobiliaria, www.celeminrealestate.com y lamenta que el crecimiento urbanístico no haya ido parejo al demográfico.
En los años que llevo aquí he notado que el pueblo ha crecido urbanísticamente pero no le ha seguido un crecimiento demográfico, no es gente que haga subir el padrón. Los servicios se han mantenido comparado con otros pueblos gracias a eso. Entiendo que la demanda de vivienda se atienda pero el casco urbano tradicional debería haber crecido de forma más coherente y no como a base tumores urbanísticos. No hay disponibilidad de suelo urbano directo, hay suelo urbanizable pero la norma urbanística establece métodos que requieren el difícil acuerdo de muchos propietarios y la vivienda resulta un problema, explica Guy.
Problemas para encontrar vivienda tuvo al principio Miriam Gil, de 39 años, licenciada en Ciencias Ambientales, y natural de Ávila que lleva en Gredos “Más de 14 años,concretamente 15 inviernos (el tiempo en Gredos se mide en inviernos…) bromea Miriam, que recuerda con especial cariño los primeros años.
La acogida fue muy buena, y en el mismo bar donde cada mañana tomaba el café antes de entrar a trabajar a la Casa del Parque, los habituales me tenían preparado el estudio del mercado inmobiliario, llamaban al paisano de turno e incluso me acompañaron a ver algunas de las casas, explica.
Tanto le gustó Gredos a Miriam que hace poco más de un año puso en marcha su propia empresa, Astroturismo en Gredos, www.astroturismogredos.es. Mirian ofrece sesiones de observación astronómica, aprovechando la calificación de Gredos Norte como Reserva Starlight, o zona especialmente adecuada para la observación del cielo oscuro, certificación que impulsó otro colono, Francisco Sánchez- Rico.
Publicado el 18 de Enero de 2020 por Eva Veneros. (uno de los 4 gatos que hay en Gredos). Casa del Altozano.
TO BE CONTINUED o lo que es lo mismo CONTINUARÁ