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Una semana de Marzo de 1978. Siete jóvenes diputados. Siete sensibilidades políticas dispares. Mil enmiendas a debatir. Un lugar: el Salón del Silencio del Parador de Gredos. Un objetivo: sentar las bases de la futura Constitución Española. Ardua tarea. Sí. Pero debieron poner buenos cimientos porque cada 6 de diciembre cumple años y la Constitución más duradera de la historia de España sigue vigente, aunque muchos insistan en la necesidad de revisarla y otros en la de no tocarla.
En el Parador de Gredosí se reunieron los llamados “padres” de la Constitución, siete jóvenes políticos (4 de menos de 40 años) que representaban a los diferentes partidos políticos, tanto conservadores como progresistas: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (UCD), José Pedro Pérez Llorca (UCD), Manuel Fraga Iribarne (AP), Gregorio Peces-Barba(PSOE), Miguel Roca i Junyent (Pacte Democrátic per Catalunya) y Jordi Solé Tura (Partido Comunista).
No se encerraron en un convento, como dijo Santiago Carrillo (PCE) que sería necesario para que se aprobara la Carta Magna, pero sí se enclaustraron en el Salón del Silencio del Parador, un lugar con vistas al impresionante macizo central de la sierra de Gredos, en el que debieron saltar muchas chispas además de las de la gran chimenea que preside la sala.
Estuvieron allí, retirados del mundanal ruido, hablando sin parar en el Salón del Silencio (¡qué ironía!), durante más de una semana. Se cuenta que Gabriel Cisneros acabó en cama con fiebre y que Manuel Fraga y Gregorio Peces-Barba ganaban siempre al Dominó. Y es que parece ser que hubo de todo y que algunas asperezas se limaron durante los paseos que daban por el pinar de Navarredonda, al que se accede desde el jardín del Parador.
Finalmente, tras más de 1000 enmiendas debatidas, unas cuantas partidas de Dominó, buenas viandas, muchos cafés, y una gran dosis de aire serrano, las diferencias se fueron reduciendo hasta llegar a los pactos necesarios para que los ponentes estamparan su firma en el anteproyecto que haría realidad la Constitución.
Tras el “parto gredense” hubo un nuevo estancamiento y múltiples encuentros y escenarios como el Nuevo Club, el Hotel Palace, el Meliá Castilla y, sobre todo, los despachos de Pérez-Llorca y Peces-Barba y el restaurante José Luis, en la madrileña calle Rafael Salgado, donde se celebró una cena el 22 de mayo en la que se llegó al famoso “pacto del mantel”.
En Gredos se inició un largo y tortuoso proceso que culminaría con la ratificación en referéndum el 6 de diciembre de 1978 de la primera Constitución que se alcanza en España por consenso.
Y a Gredos volvieron el 7 de octubre de 2003, cinco de los siete “padres” con motivo del XXV Aniversario de la Constitución para dar gracias por haberlos elegido para tan importante tarea y para redactar “La Declaración de Gredos”. En el texto piden que se respeten los valores, principios y reglas del juego que se establecieron en 1978 y que las posibles reformas se lleven a cabo con el mismo espíritu de consenso y entendimiento de entonces.
Veinticinco años más tarde el Salón del Silencio se rebautizó como Salón de los Ponentes. En la recepción del Parador hay una placa, junto a la vitrina, que lo recuerda con un ejemplar de la primera Constitución firmado por sus “padres” y fotos de ellos en marzo de 1978 rodeados de ceniceros, carpetas y cafés… ¿empezaba a forjarse el “café para todos”?.
